Las necesidades medias de nutrientes/tm de producción de
arroz son de 21 kg de nitrógeno, 11 kg de P2O5 y 18 kg de K2O. De estos datos
podemos deducir que un abonado, pensando en una producción de 7.000 kg, puede
ser del orden de:
150 Ud de N
100 Ud de P2O5
100 Ud de K2O
En los arrozales del Guadalquivir se emplean 750 kg/ha de
sulfato amónico, 500 kg/ha de superfosfato 18% y 150 kg/ha de sulfato potásico.
Es muy frecuente que los cultivadores prescindan del potásico. Otros que llevan
abonado siempre con superfosfato limitan su utilización a una vez cada dos
años, y no faltan los que siempre emplean nitrogenado. El potasio se debe
emplear siempre en forma de sulfato potásico en vez de utilizar cloruro.
Con frecuencia se añaden abonos foliares (N-P-K) a los
herbicidas, para contrarrestar la depresión que éstos pueden producir en la
planta de arroz.
El sulfato de cobre se emplea para evitar la invasión de
algas. Lo corriente es aplicarlo poniendo piedras de sulfato de cobre en las
piqueras.
La urea se usa hoy tanto como el sulfato amónico. A veces se
usa el amoníaco anhidro.
Cuando el arroz amarillea por falta de N debe realizarse una
distribución de nitrato a razón de 150 kg/ha. Sin embargo, no es frecuente que
esto se haga.
Para ello se cierra la entrada de agua en la parcela y,
después de un cierto grado de escurrido, se cierra también la salida y, ya sin
corriente, se aplica el nitrato, que es absorbido por las plantas en 24 horas.
Hay que cuidar las dosis de N a aplicar según las
necesidades de cada parcela, para evitar el peligro de encamado, muy frecuente
en este cultivo, y que reduce la producción o al menos encarece sensiblemente
la recolección.
El superfosfato y el sulfato potásico se distribuyen sobre
el terreno en seco antes de inundar la parcela, incorporándolos con un pase de
cultivador o grada de discos. También es posible aplicarlos en la parcela
inundada, incorporándolos con un pase de fangueo.
Cada vez se están utilizando más los abonos líquidos en
suspensión. Aparte de la comodidad de uso, parece que hay una mayor y mejor
absorción de N al principio, lo que da una nascencia más vigorosa y adelanto de
unos días en el cultivo.
La mayor absorción de nitrógeno y potasa coincide con el
período de máximo ahijamiento. La de fósforo, magnesio y calcio, con la fase
final del ahijamiento.
La mayor parte de los fertilizantes son absorbidos por las
raíces antes de que empiece la fructificación.
La absorción de elementos minerales es mayor cuanto mayor es
el desarrollo de las raíces, el cual se ve favorecido por la oxigenación del
terreno y por la circulación de agua de riego.
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