Después de la recolección normalmente se quema el rastrojo y
se realiza la labor de “tangueo”, que consiste en mover el barro con unas
ruedas especiales.
La recolección se hace con cosechadora provista de orugas.
Cuando el arroz comienza a granar se suspende el riego. La
madurez del arroz se prueba por la dureza del grano al diente, que debe ofrecer
resistencia suficiente que impida cortarlo.
El arroz puede presentar después del trillado una humedad
del 25 al 30%, por lo que debe secarse hasta alcanzar un grado de humedad
inferior al 14%. El secado puede efectuarse al sol o mediante secaderos
térmicos.
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