Dentro de las enfermedades que padecen los arrozales, la más
temible es la Pericularia oryzae, originada por un hongo microscópico. El
micelio del hongo produce una sustancia tóxica conocida como pericularina, que
inhibe el crecimiento de los tejidos y los desorganiza.
Medios de lucha: se emplea el caldo bordelés, a razón de
1.200 l/ha (al 0,4% de sulfato de cobre), pero el tratamiento, que debe ser
repetido para que sea eficaz, resulta muy costoso y produce mermas en el
rendimiento de la cosecha.
Como medidas preventivas
pueden citarse:
Empleo de variedades que no sean muy sensibles al ataque del
hongo.
No abusar del abono nitrogenado.
Utilizar un abono equilibrado con fósforo y potasio.
Retirada tardía del agua en el período de maduración.
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